miércoles, 21 de noviembre de 2012

LA DISCAPACIDAD DE UN HOMBRE LLAMADO GERLEIN

LA SOBERBIA ES UNA DISCAPACIDAD QUE SUELE AFECTAR A POBRES INFELICES MORTALES QUE SE ENCUENTRAN DE GOLPE CON UNA MISERABLE CUOTA DE PODER. JOSÉ DE SAN MARTÍN El Sr. Gerlein, senador de la República de Colombia, conservador a ultranza, destapó ayer su verdadera forma de pensar; seguramente ya no pretende seguir ejerciendo su mano férrea en el feudo que ha gobernado desde hace cuatro décadas. Digo esto puesto que el señor en cuestión parece ignorar, conscientemente, que entre sus electores deben de haber muchos homosexuales. No obstante, nunca les ha dicho, al menos que yo sepa, que no voten por él, puesto que considera que el sexo entre hombres “es sucio, asqueroso y excremental” y agrega: “A mí nunca me ha preocupado mucho el catre compartido entre mujeres porque ese homosexualismo no es nada y es sin trascendencia pero compartido por dos varones es un sexo sucio”. Por otra parte, creo que nunca ha condenado públicamente la pedofilia en el seno de la Iglesia católica a la que él pertenece; crimen, en mi concepto, de lesa humanidad. El señor Gerlein olvida que gracias al pueblo colombiano, que ha votado por él por espacio de todos estos años, él ha podido construir todo un imperio económico y que el día que se jubile, con una pensión privilegiada, será gracias a muchos de los homosexuales que tanto repudia. También podría preguntarle si alguna vez ha pagado para ver el sexo entre dos mujeres, puesto que aparentemente lo considera aceptable y no lo critica desde su fanatismo religioso. Digo esto porque alguna vez escuché a dos hombres, supuestamente muy viriles, que contaban, muertos de la risa, que le habían pagado a prostitutas para que tuvieran relaciones delante de ellos. También podría preguntarle si nunca le ha sido infiel a su esposa, ya que el adulterio es un pecado grave para los católicos, máxime cuando se pasea con una cruz que pende de la solapa de su saco. Su discurso está lejos de la caridad que tanto pregona la Iglesia católica. Es un discurso violento, imagino, espero equivocarme, que así debe de ser en la intimidad de su familia y en el trato a sus subordinados; pero además es un llamado al odio y a la intolerancia. Olvida que Colombia, aunque muchos ciudadanos se nieguen a aceptarlo, es un país laico, que protege la diversidad sexual, y que las expresiones que utilizó ayer pueden llevarlo a enfrentar una demanda por exclusión y apología del odio. Gerlein puede pensar lo que quiera, pero está obligado a respetar al pueblo colombiano, independientemente de su ideología y creencias religiosas. Y es que yo considero que sus palabras son más chulo de poca monta, que de un senador de la república. Espero que el señor Gerlein presente su dimisión y excusas en el día de hoy. Muchos ciudadanos de bien pueden ejercer el cargo de senador con la frente alta y con respeto, lamentablemente no siempre tienen la oportunidad de ser elegidos.

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