viernes, 14 de septiembre de 2012

LA LITERATURA ME HA HECHO LIBRE

Hace unos días recibí una desafortunada petición que el Movimiento Poetas del Mundo, en cabeza de su Director-fundador, el chileno Luis Arias Manzo, me hacía para que apoyase la candidatura de Hugo Chávez Frías, a quien yo considero un dictador; por lo que inmediatamente le escribí exigiéndole que mi nombre fuera borrado de dicho movimiento y diciéndole que ya no deseaba formar parte de la antología que está preparando. No apruebo ninguna dictadura, ni de derecha ni de izquierda, por eso no me gustan ni Fidel ni su hermano Raúl. Y así como rechazo participar en un movimiento que no duda en apoyar a un personaje como Chávez, que tanto mal le ha hecho a Venezuela y a América Latina, tampoco acepto invitaciones para participar en encuentros poéticos en Israel, ya que no comparto la terrible política de exterminio y aislamiento que dicho Estado practica en contra del pueblo palestino. La literatura me ha hecho libre y espero seguir siéndolo, soy contestaria, rebelde por antonomasia, no comulgo con ningún partido político, ni creo en ninguno de sus representantes, nunca participo de las elecciones, ni pertenezco a ninguna religión, ni soy seguidora de equipos de futbol, ni de artistas, ni de personajes de la farándula, no soy racista, ni homofóbica ni estoy en contra del aborto. Estoy en contra de toda clase de fanatismo, llámese religioso o ideológico, creo en el libre albedrío del hombre; pero también soy consciente que los Estados totalitarios nos ponen una mordaza enorme y que nos encadenan a su forma de pensar y que nos obligan a tener que convivir con sus excesos. Es por ello que considero que para crear un movimiento literario este debe estar por fuera de los compromisos políticos e individuales. Pueden leer la carta que menciono en el siguiente sitio: http://www.cubarte.cult.cu/periodico/letra-con-filo/carta-abierta-de-los-poetas-del-mundo-en-apoyo-a-la-reeleccion-del-presidente-hugo-chavez-frias/23061.html

miércoles, 12 de septiembre de 2012

MARUJA VIEIRA, PREMIO VIDA Y OBRA DEL MINISTERIO DE CULTURA

MARUJA VIERA, PREMIO VIDA Y OBRA DEL MINISTERIO DE CULTURA
Es con una inmensa satisfacción que he leído el correo enviado por Guiomar Cuesta Escobar en el que me hace saber del gran y merecido honor que recibió la poeta Maruja Vieira, al ganar el Premio Vida y Obra del Ministerio de Cultura. Su trabajo permanente en pro de la poesía y de la cultura es reconocido con el máximo galardón del Estado colombiano. Su premio nos visibiliza a las escritoras y poetas, ya que muchos de nuestros homólogos masculinos suelen decir que en Colombia no hay mujeres poetas, y se quedan tan campantes; como un columnista de este diario que decía hace algunos meses que la producción de las escritoras sólo es “blablabla”. Maruja Vieira es una senda que nos muestra, a las que apenas comenzamos, que soñar es posible. Nos habla de los sueños y nos dice que éstos se hacen realidad si asumimos con disciplina y rigor el oficio de escribir, y si aceptamos que hay que arriesgarnos; aunque a veces eso signifique pelearse con imágenes y palabras o ir en contra de la corriente, o estar la mayoría de las veces en el otro lado del río, allí donde no tienen cabida los poderosos de este país que piensan que la igualdad y la justicia son sus enemigas. La vida de Maruja Viera es un ejemplo para Colombia, es una luz que nos ilumina y que iluminó la larga y tenebrosa noche en la que estuvimos tanto tiempo sumergidos, Maruja Vieira es una hermosa e inteligente guía que puede ayudarnos a salir del fondo del túnel en que nos encontramos. Nota: Ella ha creado un sitio donde podemos leer e imprimir todas sus obras, puesto que entiende que el conocimiento es un patrimonio que nos pertenece a todos; pueden leer sus poemas en el siguiente sitio: http://www.marujavieira.com/ Por último les transcribo uno de sus hermosos poemas: CARTA A CECILIA En memoria de Cecilia Quijano Caballero Los amigos/ te aguardaban en esta primavera,/ cuando las hojas nuevas / crecen en los castaños de París/ Te aguardaban en este abril / cuando el sol se refleja multiplicado/ en la cúpula de Los Inválidos / y un milagroso escándalo de colores/ invade los jardines del Museo Rodin. / Te aguardaban / para que les hablaras/ de batallas perdidas / y de guerras ganadas, / para que les devolvieras/ -así fuera por un momento-/ la fe que amenaza perderse,/ para que les explicaras / el derrumbamiento de los ídolos./ Alrededor de tu silencio / nos hemos reunido esta noche./ Pensamos en un hombre solitario / en medio de la tempestad/ que ruge y estalla. / Ahora sin tu mano, / sin las flores frescas / todos los días en el escritorio./ Sin tu fuerza, sin tu ternura/ que asomaba de pronto / como agua limpia entre las piedras./ En este abril de mil novecientos noventa / mientras los caballos de cristal / de la primavera / galopan en el aire frío y transparente / y el encaje de piedra de Notre Dame / se esconde entre las últimas neblinas,/ cuando tú ya no estás para siempre / te recordamos, Cecilia.