jueves, 3 de enero de 2013

AKI SHIMAZAKI

Aki Shimazaki (1954-Japón) vive en Canadá desde 1981 y en 1995, a la edad de 41 años, se instala en Montreal, y es cuando aprende a hablar francés. Esta anécdota es importante tenerla en cuenta ya que sus primeras publicaciones las hace en esta lengua, contrariamente a la mayoría de los autores bilingües. Shimazaki es una es una escritora muy reconocida y ha ganado varios premios: Premio Ringuet, de la Academia de Letras del Quebec (2000), el Premio Literario Japón-Canadá (2002) y el Premio Gobernador General (2005). Mitsuba (2006), es una nouvelle, apenas 130 páginas, que describe los intríngulis de la sociedad japonesa y su estrecha relación con el mundo del trabajo y de los matrimonios arreglados. Es un pequeño cofre lleno de secretos, de palabras no dichas, de historias no contadas; pero sobre todo es la narración de una sociedad plegada a la tradición y al peso que ello conlleva. Mitsuba, algo así como un trébol, es una historia de un amor frustrado. Sus protagonistas, Takashi Aoki, un alto ejecutivo de la empresa Goshima, y Yûko, una de las recepcionistas de la empresa en cuestión, ven como sus planes de casarse son interrumpidos, porque otro hombre, el hijo del dueño del banco que le presta dinero a la empresa Goshima, la obliga a aceptarlo como marido. Mitsuba, es un libro sobre las vidas y los deseos de dos seres que no son dueños de sí mismos, pertenecen a la empresa para la cual trabajan, son los jefes quienes deciden que deben hacer y cuando y con quien contraer nupcias. La sociedad japonesa, además de machista, está regida por severos códigos de honor, pero sobre todo es bastante jerárquica; no hay que olvidar que hasta fines de la Segunda Guerra Mundial el emperador era considerado un dios. En Mitsuba se narra la estrecha relación de los altos ejecutivos, Shôsha-man, con la empresa para la cual trabajan. Para nadie es un secreto que los empleados deben sacrificar sus horas libres, fines de semana y noches, para irse a tomar unos tragos con sus colegas de trabajo y el que no sigue estas normas, y prefiere irse a descansar en el seno de su familia, es mal visto por sus jefes y por los demás empleados; su futuro laboral puede verse seriamente afectado, los ignoran para ascensos, los recargan de trabajo hasta hacerlos enfermar o los obligan a renunciar. El derecho a la vida privada es mal visto, la empresa es la dueña de sus vidas y los empleados deben estar disponibles las 24 horas y los 365 días del año. Es algo así como una nueva religión, donde el dios es el dueño de la empresa para la cual laboran o el jefe que les ha tocado en turno. Mitsuba nos muestra que el más grande honor para un hombre es permanecer toda la vida en el mismo sitio de trabajo, y en cuanto a las mujeres se refiere, poco importa, ya que aunque estudien una carrera profesional, por lo general abandonan la empresa en el momento en que se casan; al menos es la sociedad que describe Aki Shimazaki, ya que su historia de amor tiene lugar en el año de 1974. ¿Qué tanto han cambiado las normas sociales? No lo sé, pero imagino que muy poco, si se tiene en cuenta que la sociedad japonesa es bastante tradicionalista.