domingo, 2 de noviembre de 2014

¡CUIDADO! ESCRITORAS A LA VISTA…

Desde hace algunos años los periodistas, críticos y profesores de literatura, las editoriales y un gran porcentaje de lectores, han cosechado el término de literatura de género, de escritura femenina o simplemente el de mujeres escritoras. Yo prefiero utilizar el término simple y llano de escritoras; lo demás me parece que entra en el terreno de la exclusión. La literatura no puede ser contemplada como una producción realizada por hombres o por mujeres; simplemente hay buena o mala literatura, lo demás son clichés que menosprecian el oficio de escribir, cuando es una mujer el que lo ejerce. Marguerite Yourcenar lo dijo claramente en la excelente entrevista que le hizo Matthieu Galey en 1980: “Un hombre que lee, o que piensa, o que calcula, pertenece a la especie y no al sexo; en sus mejores momentos escapa incluso a lo humano”. Este es el comentario que escribí en la contracarátula de mi libro ¡Cuidado! Escritoras a la vista… (Ble ediciones, Manizales, 2009), recientemente publicado por la Biblioteca de la Universidad Nacional, al haber sido evaluado y considerado de interés público. Considero un gran honor que el libro en cuestión haya sido seleccionado. Es de anotar que varios de sus capítulos han sido publicados en este blog, El Hilo de Ariadna. Los más recientes han sido los siguientes: http://blogs.elespectador.com/elhilodeariadna/2014/08/13/de-hrotsvitha-de-gandersheim-a-hildegarde-de-bingen/ http://blogs.elespectador.com/elhilodeariadna/2014/07/13/i-parte-detras-de-los-visillos-de-las-estancias-privadas-de-murasaki-shikibu/ ¡Cuidado! Escritoras a la vista… consta de tres partes: 1. Armando el rompecabezas: Es un análisis de las causas que le impidieron durante siglos a la mujer dedicarse de lleno, o al menos parcialmente, al ejercicio de la lectura y a la creación literaria. Para ello se presenta un esbozo histórico de las luchas que debió afrontar; con el fin de reivindicar los derechos que le fueron negados por el sistema político, económico y religioso, basados en principios patriarcales, como son el desconocimiento al derecho de la educación, al sufragio, a disponer se sus bienes materiales, a tener una cuenta bancaria a su nombre, a poder trabajar sin la autorización escrita y verbal de su marido, el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y sus sentimientos; es decir, el derecho a decidir con quien se casa, o si por el contrario opta por la vida célibe. El derecho al aborto y a la planificación familiar, el derecho a elegir libremente su orientación sexual; pero también religiosa, o simplemente a no tenerla en absoluto, sin que por ello se le considere como una paria o una transgresora o una desequilibrada mental. El acto mismo de la creación literaria es arduo; es por ello que hay que tener en cuenta que para poder llevarlo a cabo, lo primero que se debe tener resuelto es la certeza de la propia existencia; pero si la sociedad y las leyes le niegan la posibilidad de realizarse como ser humano, con iguales derechos y obligaciones que los hombres, ese acto de creación se hace aún más difícil. 2. Rompiendo esquemas: La segunda parte del libro presenta algunas autoras conocidas en nuestro medio y otras que no lo son; puesto que muchas editoriales que mueven el mercado en América Latina no siempre están interesadas en dar a conocer el trabajo literario que hacen las mujeres tanto en España como en otras latitudes. 3. Anexos: Cuenta con reseñas de algunas obras testimoniales de mujeres musulmanas; así un artículo sobre Louise Bourgeois, artista feminista y contestataria, cuya obra ha marcado un hito en la historia del arte en general y en la lucha por el reconocimiento del trabajo artístico de la mujer en particular. Pueden leer ¡Cuidado! Escritoras a la vista…, en versión integral y gratuita, en el siguiente vínculo: http://www.bdigital.unal.edu.co/41949/

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