miércoles, 5 de marzo de 2014

CUANDO LA JUSTICIA ES IMPARTIDA POR VIOLENTOS, UN CASO COMÚN EN EL PAÍS DE MACHITOS

Muchas veces he escrito sobre la conducta nefasta de muchos hombres violentos que están incrustados en todas las capas socioeconómicas de Colombia. Este es un país machista, misógino, retrógrado, excesivamente religioso, y este sentimiento no le impide agredir a la mujer, o a los niños, o robar, o matar, o ser corruptos; por el contrario, en muchos casos se encomiendan a su santo predilecto o a María.//......... Ahora descubrimos que también algunos de los encargados de impartir justica, como es el caso del juez de Bucaramanga y del fiscal de Santa Marta, antes que verdaderos hombres son tipejos violentos que no dudan en demostrar su poder ante una mujer. El juez al que hago alusión, con su lamentable barriga al aire, amedrentó con un cuchillo a una estudiante de medicina por el sólo hecho que ella había ocupado su parqueadero. Pareciera que un mamarracho así nunca hubiese pasado por una universidad. ¿Acaso en las Facultades de Derecho se enseña a subsanar un error con una clara incitación a la violencia? ¿Es preferible la intimidación, o las lesiones personales o el asesinato, a un diálogo mesurado y respetuoso?//.......... Son las mismas preguntas que podrían hacerse al fiscal que por poco mata a su hijastra, y que además sale públicamente a decir que va a demandarla. Es un típico macho, de esos que sólo son muy hombres cuando gritan y agreden en la intimidad de sus hogares. Pero cuando son confrontados, cuando se les exige un comportamiento ejemplar, dicen que eso es del terreno privado y que el cargo como fiscal no tiene nada que ver. Sin embargo, es en ese momento cuando de verdad muestran su verdadera cara: peleles de poca monta, cobardes, manipuladores y violentos hasta la médula. Pobres mequetrefes a los que les falta mucha altura para ser hombres.//......... Más lamentable aún la conducta de la madre de la estudiante agredida, que por miedo al escándalo, a perder su posición socioeconómica, y el temor a enfrentar la vida de ella y de sus vástagos sola, prefiere dormir con el enemigo. Y lo que es peor, darle la espalda a su hija, a la que casi mata su marido energúmeno. Dirán que fue efecto de los tragos. Ninguna borrachera puede jamás ser una excusa para explicar un delito. Y agredir a una mujer es un delito execrable, aunque aún haya muchas personas, hombres, mujeres, curas o adolescentes, que traten de minimizar la violencia de género.//......... Y cuando iba a ponerme a escribir esta diatriba, otro hombre fue arrestado, esta vez en Medellín, por haber tratado de matar a su suegra. Las mujeres, en este país de machitos, somos vistas como objetos desechables, como chanclas, como basura, no en vano hay una ranchera que utiliza esos términos para referirse a la mujer a la que se le está cantando.//.......... El feminicidio es una realidad, así nos tapemos los ojos para no verlo, así nos tapemos los oídos para no escuchar los gritos de las mujeres agredidas, así las mismas mujeres, como la otrora senadora, y también abogada, y ahora candidata a la gobernación de Antioquia, traten de verlo como algo que merecemos porque sencillamente “somos muy jodonas”. Una verdadera vergüenza. Una vergüenza que debiera ser colectiva. Desafortunadamente la conciencia de género no es enseñada ni en la intimidad del hogar ni en la escuela ni en la universidad y pocas veces combatida al interior de las instituciones donde laboran los violentos.//........... Abogados como el juez y el fiscal que han sido protagonistas de hechos delictivos, como al que diario son confrontados en su actividad profesional, son una vergüenza para cualquier familia y por supuesto para la Justicia colombiana. Si algo de honor y arrepentimiento les quedara lo demostrarían renunciando de inmediato a sus cargos y sometiéndose a la justicia. Lamentablemente sé que no será así, por el contrario, van a trata de enlodar a las víctimas de sus comportamientos violentos.

lunes, 3 de marzo de 2014

EL CAMINO DE LOS NUEVE MUNDOS, DE ERIC JULIEN

Este es un hermoso libro escrito por un francés sobre su experiencia vivida con los Koguis en la Sierra Nevada de Santa Marta. El camino de los nueve mundos, de Eric Julien, Editorial Albin Michel C.L.E.S. 2001, es un libro que relata cómo su autor, luego de haber sufrido un edema pulmonar en plena Sierra, es sanado por los indios Kogui. Diez años más tarde Julien regresara a la montaña con el fin de conocer un poco más a esa comunidad -perdida en el tiempo y en el espacio- a la cual le debe la vida. Poco a poco entenderá que hay otros conocimientos que no necesariamente tienen que ver con el pensamiento y la filosofía occidental. Después del segundo viaje regresa a Francia con la misión de buscar fondos para comprarle tierras a la comunidad que las ha perdido por la terrible política de despojo que han sufrido todos los pueblos aborígenes de América desde la llegada de los españoles hasta nuestros días. No hay que olvidar que los koguis, arhuacos, wiwas y kankuamos, los pueblos que viven en la Sierra Nevada de Santa Marta, así como todos los demás pueblos aborígenes de Colombia, han sido el blanco de la terrible persecución por parte de la guerrilla, de los paramilitares y de los militares, y por supuesto del Estado.//.......... Colombia es racista desde las entrañas mismas del poder; y los pueblos indígenas lo saben muy bien. Desafortunadamente es una verdad de a puño que interesa a muy pocos. Solemos mirarlos con menosprecio, sin el más mínimo respeto por sus culturas, por sus lenguas, por su literatura oral, por sus creencias religiosas, por su modo de vida, por su forma de vestirse y de actuar, por su forma de educar a los hijos; les robamos su esencia como seres humanos, ignoramos que podrían aportarnos mucho en todos los campos, sobre todo en nuestra equivocada relación con la naturaleza.//........... Eric Julien, a través de su Asociación Tschendukua Ici et Ailleurs, ha hecho conocer a este maravilloso pueblo en Francia y en Canadá, países donde ha recogido los fondos que le han permitido ir comprando poco a poco las tierras que originalmente hacían parte del territorio Kogui.//......... Pero lo que inicialmente se muestra como una forma de restituir las tierras robadas, se convierte en una búsqueda interior del autor que lo lleva a conocerse a sí mismo y a desear aprehender una forma diferente de ver el mundo, o más bien los mundos, ya que los Kogui hablan de nueve. Julien es inicialmente aceptado por la comunidad, y luego es invitado a ser uno de los iniciados en los conocimientos ancestrales y a conocer su rica cosmogonía. Es así como recorre la senda filosófica Kogui y puede entender la estrecha e íntima relación del ser con la madre tierra y poder entender la armonía que dicha relación ofrece a cada uno de los integrantes de la comunidad. //......... El camino de los nueve mundos, es un libro que deberíamos leer los colombianos para que así pudiésemos entender, aunque fuese en una ínfima parte, la riqueza de nuestros pueblos aborígenes.