miércoles, 12 de agosto de 2015

CALLE DE LAS TIENDAS OSCURAS DE PATRICK MODIANO O EL ARTE DE PERDERSE A SÍ MISMO

BLOGS Cultura

18
10
2014
Berta Lucia Estrada Estrada

CALLE DE LAS TIENDAS OSCURAS DE PATRICK MODIANO O EL ARTE DE PERDERSE A SÍ MISMO

Por: elhilodeariadna

P Modiano 1
Rue des boutiques obscures (Folio 2011), del Premio Nobel de Literatura 2014 Patrick Modiano, es el libro que he leído esta semana. Mucho se ha escrito en estos días sobre el autor, y tal vez la frase más importante y reiterativa ha sido que “es un arqueólogo de la memoria”. También se ha recordado que él mismo dice que su memoria existe antes de su nacimiento. Elementos que cobran importancia cuando se lee el libro Calle de las tiendas oscuras. Su personaje principal, Guy Roland, al menos uno de sus nombres, de profesión detective, poco carismático, casi un borrador de sí mismo, parte a la misión más importante que ha hecho en los últimos quince años, la recuperación de su propio pasado, la recuperación de la memoria perdida en una mañana hibernal mientras cruzaba la frontera hacia Suiza, tratando de huir la ocupación alemana en territorio francés.
Es un libro sobre el exilio, no el exilio en tierras ajenas, sino el exilio en sí mismo. El que surge cuando nuestros recuerdos nos abandonan y nos vemos obligados a trasladarnos a vivir en un cuerpo que no nos pertenece porque todos los sentimientos, olores o caricias, que alguna vez lo poblaron, se fueron sin dejar huellas aparentes. Es un libro sobre la soledad más profunda, la soledad que nace de una vida sin pasado, sin imágenes, sin nombres.
Calle de las tiendas oscuras, Premio Goncourt 1978, está escrito como si fuese una novela policiaca. Guy Roland parte a la búsqueda de su propia vida, de sus propios recuerdos, extraviados en una amnesia severa de la cual desconoce las causas. Roland es un personaje gris, sin emociones, sólo lo mueve una especie de intriga sobre su propio pasado, pero sin que tenga mayores consecuencias en su nueva vida. Posiblemente porque es aún más gris que la anterior.
El libro es un viaje al interior de un laberinto, sin un Dédalo que sirva como punto de referencia para poder regresar si el encuentro con el Minotauro que habita en su interior es más monstruoso de lo que el protagonista pensaba.  Es un libro en que su personaje principal camina bordeando un eterno precipicio, enfrentado al permanente dilema de evitarlo o de lanzarse a sus fauces. Al final el lector es testigo de la pérdida de la brújula de Roland, cuando él mismo, que ha creído caminar en terreno firme, da vuelta atrás y piensa en regresar a su antigua calle, la de las tiendas oscuras, no en París, sino en Roma. Es en ese momento, en el que el lector, que creía que el rompecabezas había sido armado correctamente, se ve confrontado a la evidencia que faltan piezas para lograr armar toda la memoria.
Calle de las tiendas oscuras, es una narración que nos sumerge en arenas movedizas; pero sobre todo es un viaje interior, simbolista, el viaje que podría enfrentarnos con nosotros mismos, el viaje del conocimiento interior, que se revela al final como algo imposible de lograr; posiblemente porque estamos condenados desde siempre al olvido de nosotros mismos.


domingo, 9 de agosto de 2015

SIN NOMBRE, SIN ROSTRO, NI RASTRO, un cuento de Jorge Eliécer Pardo

Pueden escucharlo en:

https://www.youtube.com/watch?v=sl7l4LRM948&feature=youtu.be



SIN NOMBRE, SIN ROSTRO, NI RASTRO, es un cuento que hace parte del libro LOS VELOS DE LA MEMORIA (Ediciones Vericuetos, París, 2014) del escritor colombiano JORGE ELIÉCER PARDO  (1950). En total son 24 cuentos, acompañados de 40 rostros de mujeres dolientes. Cada una de ellas lleva en su cabeza, y algunas veces en su rostro, el velo que anteriormente nos cubría el pelo cuando íbamos a misa. En este caso el velo representa el duelo, el dolor, la tragedia que ha tocado no sólo a las mujeres sino al pueblo colombiano; así muchos crean que la guerra les es ajena porque no la han vivido en carne propia o porque viven atrincherados en las urbes.  
Son relatos cortos, crudos y muy bien narrados.  LOS VELOS DE LA MEMORIA es, ante todo, un libro que hurga en la condición humana; por eso no es un libro local sino universal. Bucea en el horror de la guerra, de las guerras de todos los tiempos y de todos los rincones del planeta. En este caso Colombia sólo es un microcosmos que simboliza el horror de la barbarie de esta especie que se autodenomina humana y que cree, con una gran soberbia, que está por encima de las demás especies animales y vegetales; cuando en realidad el horror ,que desencadena con su delirio, sólo demuestra su estulticia. LOS VELOS DE LA MEMORIA es un libro que deberían leer todos los actores del conflicto armado, sin olvidar a los políticos, empresarios, en fin; todos aquellos que han jugado un rol decisivo en esta guerra fratricida. Comenzando por los centenares de presos de los dos bandos, o por la Mesa de La Habana, y sin olvidar, por supuesto, al Centro Democrático y a su jefe Álvaro Uribe Vélez. Si lo hicieran, a lo mejor tendríamos oportunidad de una reflexión más consciente; y de pronto podríamos comenzar a cambiar este comportamiento tan ancorado en la violencia sorda que nos aqueja desde que tenemos memoria.

EL CASO DE SERGIO URREGO: OTRO OSCAR WILDE

EL CASO DE SERGIO URREGO: OTRO OSCAR WILDE

Blog: elhilodeariadna Berta Lucía Estrada Estrada

IN MEMORIAM DE SERGIO URREGO
Romain
Nota: Este post lo publiqué hace un año, hoy lo vuelvo a hacer como homenaje a Sergio Urrego y para decir enérgicamente que no lo vamos a olvidar. Por otra parte el pasado martes 6 de agosto de 2015, tuve la oportunidad de escuchar a la exrectora del colegio donde estudió Sergio cuando despotricó en la Blu radio; no sólo me pareció patética su supuesta defensa, sino que muestra a una mujer que incurre en la infamia y en el ataque alevoso. Me pregunto como pudo ejercer la docencia y la rectoría una persona que carece de principios morales y que muestra una bajeza total en su discurso. Pueden leer mi homenaje a Sergio Urrego.
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Hace un mes vi un afiche que me impactó enormemente, en la fotografía puede verse a un adolescente sentado en un corredor cualquiera y con la cabeza entre las piernas; se le ve destruido, al borde de cualquier situación nefasta. Al pie de la foto se lee:
Romain, 18 años, expulsado del domicilio familiar por ser homosexual.
Y por si fuera poco este fin de semana leí con estupefacción como un adolescente, de apenas 16 años, se había suicidado porque las directivas y docentes del colegio al que asistía habían comenzado a perseguirlo por su condición sexual; y al mismo tiempo los padres del adolescente al que él amaba, y que era su pareja desde hacía dos años, le habían puesto una demanda por acoso sexual.
Una historia de amor y de tragedia que me hizo pensar en el hermoso libro La balada de la cárcel de Reading de Oscar Wilde, autor de ese libro prodigioso titulado El retrato de Dorian Grey. Oscar Wilde (1854-1900) fue denunciado por haber seducido a un hombre mucho más joven que él, Alfred Bruce Douglas. El autor de la demanda era el padre del joven Douglas. Fue un proceso largo, penoso, donde se dijeron las cosas más horribles de uno de los intelectuales más brillantes de la época victoriana. El nombre de Wilde fue pisoteado, y lo que es peor fue encarcelado por su condición homosexual, además perdió toda su fortuna. Cabe señalar que la relación con Douglas era plenamente consentida, por lo que no puede verse en Wilde a un abusador. Douglas tampoco era un muchachito en el momento en que inicia sus encuentros con el escritor. Simplemente se amaban como se aman dos personas cuando son libres de hacerlo. Así Wilde hubiese estado casado. Este episodio de la vida de Wilde fue narrado en una novela por la escritora argentina Susana Sisman, No te enamores de Oscar Wilde, al respecto pueden leer la reseña que escribió Ricardo Bada:
http://blogs.elespectador.com/ricardobada/2011/07/13/autores-secretos-de-america-latina-6-susana-sisman/
Estando en prisión Wilde escribió De Profundis y luego en el exilio La balada de la cárcel de Reading. Una obra lírica donde se conduele de la posición cobarde de Douglas:
“Aunque cada hombre mata lo que ama, que lo oiga todo el mundo, unos lo hacen con una mirada amarga, otros con una palabra lisonjera, el cobarde lo hace con un beso, el hombre valiente con una espada”.
Una historia que se repite una y otra vez; pareciera que la sociedad, y su falsa moral, no estuviera nunca dispuesta a entender que la diversidad sexual existe; que no es un delito, ni un pecado, que no hay nada malo en que dos personas del mismo sexo se amen. Una cosa diferente es el abuso sexual de menores o las relaciones no consentidas, en esos dos casos si puede hablarse claramente de crimen.
Tampoco entiendo porque las directivas del Gimnasio Castillo Campestre le exigieron a Sergio Urrego ir al psicólogo, ¿desde cuándo la homosexualidad es un problema mental?
¿Hasta cuándo tendremos que seguir en una sociedad que cree haber entrado en el siglo XXI y que se comporta como si aún estuviésemos en el siglo XV? ¿Son las directivas personas idóneas para estar al frente de un colegio? Podrían alegar que la institución educativa es católica, pero entonces ¿se les ha olvidado que Colombia es un país laico? ¿Se les olvidó que el mismo papa, me refiero al actual, dijo que él no es nadie para condenar la homosexualidad?
Muchas preguntas tendrán que responder las directivas del plantel y los padres que pusieron la denuncia. Sin embargo, Sergio Urrego no volverá a la vida. Sólo espero que asuman su propia responsabilidad y que todos los demás docentes, padres de familia, y la sociedad en general, recapaciten sobre los prejuicios que pueden estar envileciéndolos como personas. Ahora tendrán que ayudar a que la pareja de Urrego pueda hacer el duelo y que lo acepten tal y como él es, no como sus padres quisieran que fuese. Para él, para la abuela y para los padres de Sergio, todas mis condolencias.
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Nota: Pueden leer dos cuentos sobre este tema que El Magazín de www.elespectador, me publicó
hace algunos meses:
http://blogs.elespectador.com/elmagazin/2014/04/02/una-mirada-amarga/
http://blogs.elespectador.com/elmagazin/2013/07/09/detras-del-espejo/