sábado, 5 de diciembre de 2015

ABRIL ROJO DE SANTIAGO RONCAGLIOLO

CUANDO LA IGNORANCIA -O LA INCOMPETENCIA- SE TOMA EL PODER En estos días hemos asistido inermes ante la debacle de Venezuela, de Ucrania, por no hablar de la guerra fratricida que asola a Siria o la terrible incompetencia de varios de los gobernantes africanos que consideran que sus países son sus feudos personales y que el pueblo es sólo su esclavo. Pero tampoco podemos ignorar a personajes como Uribe, y su larga y oscura noche, hoy alargada por ese siniestro personaje salido del bestiario medieval conocido como Ordoñez. /7 La ignorancia y la incompetencia no tienen color político, ¿cómo habrían de tenerlo si lo único que les interesa es su ambición personal, el enriquecimiento de su propia familia, o de sus allegados más íntimos? ¿aunque para lograrlo recurran a la persecución y asesinato de los opositores, a la manipulación de la justicia, al robo electoral, y muchas veces al genocidio de su propio pueblo? todo esto para escapar a la prisión dónde deberían purgar sus delitos. // Y si me refiero a dicho tema es porque en estos días he estado inmersa en la lectura de Abril Rojo*, el libro sobre el Sendero Luminoso, de Santiago Roncagliolo; aunque para ser honesta más bien debería decir el libro que se sumerge en la corrupción de las fuerzas armadas, de la policía y de la justicia peruana. En realidad una parábola de la fragilidad de nuestras democracias, por lo que no puedo evitar hacer una lectura de la política colombiana, de su más que cuestionada justicia, de su execrable guerra, y de su terrible desigualdad social, económica y educativa. Sin olvidar el nefasto papel que han jugado la Iglesia católica y las sectas que pululan en sus calles polvorientas, con las que tratan de ocultar las huellas de los 220.000 cadáveres que ha dejado este confrontamiento armado en los últimos cincuenta años. // Y es que Maduro, como lo fue Fujimori en su momento, los Kirchner de antes y de ahora, las dictaduras del Cono Sur, el Uribe de antes y de ahora con su implacable twitter; verdadero azote con el que nos recuerda todos los días que durante su paso por el Palacio de Nariño lanzó al país en un lodazal de fanatismo y sectarismo, con el que buscó perpetuarse en el poder y convertirse en un ídolo, olvidando que la mayoría de ellos son sólo de barro y excrementos; tal y como lo prueba el escándalo en el que se ahogan ahora las Fuerzas Militares de este país que pugna por salir de la hecatombe que él propició. // La misma hecatombe que legó Chávez, no solo por su pésima administración, sino por haber dejado en el poder a un hombre sin ninguna preparación intelectual ni académica; por lo que el barco está zozobrando ante la enorme ola que amenaza con tragárselo. Sin olvidar que detrás del timonel están los Castro que manipulan al Maduro, nunca maduro, o a Evo, o a la marioneta que tienen en Nicaragua; sin olvidar los aplausos que le dan a la persecución de la prensa en el Ecuador. // Y es que el fascismo, como lo decía Héctor Abad Faciolince en su columna de El Espectador, publicada el pasado domingo (15 de febrero de 2014) no es sólo de extrema derecha. También lo es cuando la extrema izquierda, y su incapacidad administrativa derrumba las bases de una democracia y sume a la población en el miedo, en la precariedad, en la violencia y en el hambre que corroe sus entrañas. ............................................... Abril Rojo, de Santiago Roncagliolo. Premio Alfaguara de Novela 2006. Punto de Lectura, 2007.

jueves, 3 de diciembre de 2015

VENUS KHOURY-GHATA

El 7 de diciembre de 2011 fue otorgado el Premio Goncourt de Poesía a Venus Khoury-Ghata, quien ha ganado innumerables preseas literarias, como el Premio de la Academia Francesa (2009), el Premio Apollinaire o el Premio Mallarmé, entre otras. // Venus Khoury-Ghata nació en 1937 en el norte del Líbano, en un pequeño pueblo llamado Pshery, el mismo que vio llegar al mundo al poeta Jalil Gibran. Desde 1972 vive en París. Inicialmente trabajó para la revista Europa, dirigida en ese entonces por Louis Aragon, a quien ella, en compañía de otros colegas, tradujo al árabe. Es novelista y poeta, ha publicado alrededor de treinta títulos. Es de anotar que el New Yorker, al referirse a esta insigne poeta y novelista, dijo la siguiente frase: “Venus Khoury-Ghata es a la poesía lo que Gabriel García Márquez es a la novela”. /7 Su última libro Où vont les arbres? (¿Adónde van los árboles?) Mercvre de France 2011, indaga en su tema predilecto, la muerte. Ante nuestros ojos desfila la patria herida, violada, devastada por el fuego inclemente de la guerra. La Patria que tiene mil, un millón de amantes, la Patria que se casa todos los días con alguien diferente y a la que la autora llama madre: // “Se casa con guerreros y soldados de plomo/ La casa se hundía a medida que ella se casaba de nuevo y que/ Las lágrimas corrían por nuestras mejillas” // Es una progenitora que a pesar de estar muerta sigue engendrando hijos de hombres desconocidos que la violan en el patio trasero de un cementerio. en realidad ella representa a la muerte: // A veces es una madre que ama a sus hijos, pero otras: “La madre quería vender a sus hijos pero ningún camino los aceptaba” “Entre la madre y nosotros estaba la sombra del invierno” “La madre nos quería con brazos largos… para introducirnos en su sueño” La madre, con cara de fuego, se pierde en las colinas o detrás de los árboles, es esquiva, a veces amante, pero en general violenta. Es una trashumante en un “paisaje sedentario”. Cree partir cuando en realidad es el camino el que avanza. // Cuando hace referencia a la casa, describe su techo como una tumba, pero también como un hueco que entierra el sol: “La casa le dio la espalda/ Ella cavó un hueco dentro de otro hueco y cada noche enterró un sol” // La madre, eterna lavandera, lava la sangre de la tierra mientras que las manos de sus hijos se transforman en piedras. Al final se pregunta quienes somos para contar la vida de nuestros padres mientras morimos con cada lámpara que se extingue. ----------------------------------------------------------------------------- Nota: La lectura de este libro me hizo sentir que en vez del Líbano, arrasado por guerras intestinas, la poeta estaba hablando de Colombia y de nuestros ríos de sangre, un país muy diferente a aquellos que se empeñan en mostrar sus habitantes, marcados por el signo de la violencia y de la pobreza, como los más felices del planeta.