lunes, 6 de junio de 2016

LA LITERATURA ME HA HECHO LIBRE

LA LITERATURA ME HA HECHO LIBRE Antes que escritora, o poeta, soy ensayista y crítica literaria; pero ante todo soy LECTORA. Y si me reafirmo como tal es porque me gusta decidir por mi misma qué libros leer, cuándo y cómo. Soy lectora de escritores que no saben que yo existo. Por ejemplo, ayer terminé de leer el último libro de David Foenkinos, Le mystère Henri Pick (Gallimard-2016), bastante malo por cierto; muy diferente a Charlotte, el libro sobre la gran pintora Charlotte Salomon publicado en 2014 y cuya lectura me conmovió mucho; incluso escribí una reseña sobre dicho libro. Ahora mismo estoy leyendo J'ai toujours ton coeur avec moi (Zulma-2016) de la finlandesa Soffia Bjarnadóttir, y me espera Chasseurs de neige (Albin Michel-2016) de Paul Yoon, nacido en EEUU y de origen coreano. Otro libro a la espera es Después del banquete de Yukio Mishima; es de anotar, que es mi hijo, que sólo tiene 21 años, el que me lo prestó. Y si digo ésto, es porque no me gusta que me envíen libros que no he pedido, tampoco me gusta que me pidan comentarios; ni siquiera se toman el cuidado de decirme porque les interesa mi lectura, ni mi concepto. Como si ser crítica literaria les diese licencia para disponer de mi tiempo y de mis gustos literarios. Algunos autores se molestan porque les digo que no e incluso me dejan de escribir, lo que confirma que mi amistad no les interesa. A veces, muy pocas a decir verdad, envío lo que escribo a uno o dos escritores, pero antes construyo una amistad con ellos y después de mucho tiempo oso preguntarles si les gustaría leer lo que he escrito, pero no me atrevo a pedirles un comentario; sé cuán valioso es su tiempo como para abusar de ellos.