jueves, 24 de octubre de 2013

EN UN PAÍS DE MACHITOS EL TROFEO DE LA VIRGINIDAD DE UNA MUJER ES SINÓNIMO DE VIRILIDAD

Ha sido con verdadero asombro e indignación que he leído que una mujer vendió al mejor postor la virginidad de varias de sus hijas, algunas de ellas menores de edad, e incluso obligaba a robar a sus hijos, supuestamente para faire bouillir la marmite -para poner la olla en el fuego- como dicen los franceses. Y además, tiene el desparpajo de mostrarse desolada en la foto, como quien dice: “pero si no he hecho nada malo”. El hombre que la acompaña tampoco tuvo el coraje de reconocer que efectivamente había violado varias veces a la adolescente que embarazó, un pobre cobarde que sólo fue valiente cuando la amarró para violarla. Y es que en Colombia los hombres creen que acostarse con una virgen, máxime si es una niña o adolescente, los hace más machos, más viriles, más verracos. No se dan cuenta que por el contrario, cuando no son capaces de crear lazos fuertes y perennes con una pareja es porque sufren de problemas a todo nivel, entre ellos sexuales. Y es que en Colombia las machitos creen que entre más mujeres se llevan a la cama, así sea amarradas, humilladas, golpeadas, más viriles son; no se dan cuenta que cuando actúan de esa forma sólo son pobres y miserables canallas. // Y por supuesto que muchas mujeres, como la mamá, si es que merece ese nombre, a la que hacía alusión al comenzar esta diatriba, perpetuán una costumbre aberrante, misógina y violenta que tanto daño hace a la sociedad. De ahí que frases como la de Uribe, a la que hacía referencia en mi anterior artículo, o la frase en la que decía, gritaba es la palabra exacta, “sea varón”, son consideradas por muchos hombres y mujeres de todos los estratos sociales como un signo de valentía, “tan macho él”, repiten en todos los círculos; desde la fiesta del club, pasando por el Congreso de la República o el Consejo Municipal, donde algunos de sus integrantes recogen menores de edad en la calle para amanecer más hombres, más machitos. Y luego se jactan ante sus amigotes de la cantidad de muchachitas que supuestamente han sucumbido ante sus hormonas. Y por supuesto todo ésto va acompañado de trago en cantidades rabelesianas; ya que el colombiano del común cree que si no se emborracha hasta perder el sentido, no es suficientemente varón. Por otra parte se declaran católicos practicantes, van a misa, comulgan, le rezan a la virgen María, o a cualquier santo, así a la salida de la iglesia se vayan detrás de una prostituta de 15 años, o se droguen o roben o asesinen, o participen en grupos al margen de la ley, solo atinan a cantar: “Pero sigo siendo el rey”.// Si se demuestran las acusaciones tan graves de la niña violada, y que además ha sido madre antes de terminar la pubertad y de poder construir su proyecto de vida, estos dos sujetos no deberían por ningún motivo salir a pagar condena domiciliaria, ni salir con rebajas; ojalá el juez que le toque este caso tenga el suficiente respeto por el género humano para que no le tiemble mano en el momento en que tenga que dar su fallo.