viernes, 19 de diciembre de 2014

"MUY FEA PARA VIOLARLA"

Pintura de Pedro Pablo Rubens// La violencia machista, o violencia de género, o violencia sexual, como quieran llamarla, pareciera que nunca tuviese fin; y cada vez que asistimos a un nuevo hecho de misoginia creemos, muy ilusamente, que no va a volver a suceder; que se trata sólo de un caso aislado, que la sociedad católica o cristiana donde vivimos es la ideal y que nada malo puede suceder. Y no, no es así. La sociedad contemporánea, heredera de la misoginia que ha sido estimulada desde hace más de 2000 años, es una eterna serpiente que se come la cola. Habría que recordar a los griegos y a su dios principal -Zeus disfrazado de cisne violando a Leda, o disfrazado de toro, o de lluvia de oro- para entender lo que trato de explicar; sin olvidar a los judíos y a su credo misógino. El mismo que la Iglesia católica -sin olvidar a las infinidades de sectas que hoy se hacen llamar cristianas-ha pregonado desde los púlpitos en todos los idiomas y en todos los ámbitos posibles. Y por supuesto sin olvidar al arte; no habría sino que recordar el cuadro de Susana y los viejos de Rubens, entre tantas otras versiones, para entender que la violación ha sido vista con ojos de tolerancia hacia el violador y con ojos de condena hacia la violada. En cambio la versión de Artemisia Gentileschi, quien fue violada por un pintor que trabajaba en el taller de su padre, nos muestra a una Susana a la que el pánico le impide moverse; mientras que sus violadores la miran con ojos lascivos. Las religiones judeocristianas, sin olvidar a la musulmana, han clamado una y otra vez que la mujer es fuente eterna de pecado y de perdición. Es por ello que la religión católica se tuvo que inventar la figura de la virgen María. Con ese mito pretende que todas las mujeres, sin excepción, seamos “puras”; aunque nunca he entendido que quieren decir con esa palabreja.
Pintura de Artemisia Gentileschi// Y si hablo una vez más de este tema, y lo volveré a hacer cuantas veces sea necesario, así haya personas que me escriban “afortunadamente no soy feminista”, http://blogs.elespectador.com/elhilodeariadna/2014/11/30/breve-respuesta-a-ana-camila-y-a-su-frase-afortunadamente-no-soy-feminista/ es por las noticias deleznables de los últimos días; me refiero a los niños violados por el padrastro y la madre de uno de ellos en un sector popular de Bogotá; pero igual podría haber sido en un sector de élite, y por la frase de un diputado brasilero http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/muy-fea-violarla-el-insulto-de-un-diputado-causa-escand-articulo-534052 que le grita a una exministra de Derechos Humanos que él no “la violaría porque es muy fea y por lo tanto no se lo merece”; como si violar fuera un gran honor que un hombre le hace a una mujer. No en vano en Leda, el poema de Rubén Darío, ella aparece “desnuda y vencida” y no grita sino que “suspira”, como si el acto violento del que acaba de ser víctima le hubiese gustado, termina con el preámbulo de otra posible violación; esta vez de la parte del semidiós Pan, conocido por su apetito sexual desenfrenado y voraz, que la está espiando: “chispean sus ojos turbados”. No hay que olvidar que Leda dará luego a luz a Helena, hija de esta relación violenta y no deseada. LEDA Rubén Darío El cisne en la sombra parece de nieve;/ su pico es de ámbar, del alba al trasluz;/ el suave crepúsculo que pasa tan breve/ las cándidas alas sonrosa de luz./ Y luego en las ondas del lago azulado,/ después que la aurora perdió su arrebol,/ las alas tendidas y el cuello enarcado,/ el cisne es de plata bañado de sol./ Tal es, cuando esponja las plumas de seda,/ olímpico pájaro herido de amor,/ y viola en las linfas sonoras a Leda,/ buscando su pico los labios en flor./ Suspira la bella desnuda y vencida,/ y en tanto que al aire sus quejas se van,/ del fondo verdoso de fronda tupida/ chispean turbados los ojos de Pan./ La versión de Rubén Darío contrasta con el poema Tres Mujeres de Sylvia Plath/ Y el gran cisne, con su mirada terrible,/ viniendo a mí, como un castillo, de río crecido./ Hay una serpiente en los cisnes// No estaba lista/ Las nubes blancas se precipitaron/ A los cuatro sentidos. Ellas me descuartizaron./ No estaba lista./ Carecía de respeto./ Creía poder negar las consecuencias/ Pero ya era demasiado tarde/ Era demasiado tarde/ Era demasiado tarde, y el rostro se tornó nítido,/ Amoroso, como si yo estuviera lista./ http://ledayelcisne.blogspot.fr/2009/01/la-brutalidad-del-cisne-en-un-poema-de.html Sylvia Plath nos muestra una Leda diferente, gracias a su poema percibimos la violencia del acto atroz del que ha sido objeto; así tenga a un dios como protagonista de la violación que le ha cambiado la vida./ Y es que una persona que ha sido víctima de una violación nunca volverá a ser la misma. La violación es un delito que debería ser consagrado como de lesa humanidad. No hay excusas que valgan. Y no es que los hombres, o mujeres abusadoras, que también las hay, sean enfermos mentales, o monstruos, son personas que se sientan al lado suyo en el banco de una iglesia y que incluso comulgan y rezan. La violación debe ser condenada desde todos los ámbitos posibles, debe combatirse en todas las esferas sociales, políticas, religiosas, económicas; un violador se esconde en muchas partes y utiliza muchos disfraces. ¡Que no se nos olvide!