sábado, 13 de octubre de 2012

EDWARD HOPPER VISTO POR PHILIPPE BESSON

Siempre he creído que hay dos artistas que han logrado captar el sentimiento de soledad absoluta y visceral en un lienzo, me refiero a Edgar Degas (1834-1917 ) con su obra El ajenjo y a Edward Hopper (1882-1967) con Halcones de la noche.
En las dos obras se puede observar a una pareja, en una terraza de un restaurante cualquiera de París, en el caso de Degas, y la de Hopper en un bar de Nueva York. Las dos parejas están separadas por siglos de incomunicación y absoluta tristeza, como si a pesar de compartir, probablemente, un lecho y una casa, nunca hubiesen construido nada juntos. Es el espejismo con el que cada uno de nosotros teje su propia apariencia y su propia visión de la relación afectiva. Y es precisamente este cuadro de Hopper la fuente en la que bebió Philippe Besson (1967) para escribir Final del Verano, Habitación de hotel le dio la idea para el libro Decirte adiós, y El faro con dos luces, le dio el tema para su libro Un instante de abandono, donde explora otra forma de soledad. Me refiero a la vida que muchas personas deben afrontar en los pequeños poblados donde la vida obedece a conductas dictadas desde hace cientos de años, y donde la diversidad de pensamiento y la libre orientación sexual son consideradas comportamientos pecaminosos, por lo que son condenados al ostracismo social y a veces a la hoguera, por lo menos desde el punto de vista del repudio social y religioso, que acompañan a la mayoría de las sociedades ancoradas en viejos prejuicios y donde la modernidad nunca ha llegado, aunque a veces cuenten con Internet. Hopper, cuya exposición puede visitarse en el Grand Palais (París), del 10 octubre 2012 al 28 de enero 2013, es uno de los más grandes pintores estadounidenses. Mientras que muchos de sus contemporáneos representaban el humo de las fábricas, él se dedicó a pintar las casas de Nueva Inglaterra; pero sobre todo a pintar el cataclismo humano. Lo que quiero decir es que pocos artistas han logrado hacer una radiografía de la modernidad como él. Sus temas son ante todo metafísicos, léase soledad, abandono, desesperanza, tristeza, incomunicación humana, desconocimiento del otro, pero también desconocimiento de sí mismo. Cada uno de sus personajes está condenado de antemano a su propio abismo, a su propio infierno, como si no hubiese escapatoria posible. Cada pintura de Hopper cuenta una historia; pero la diferencia con otros pintores anteriores a él, es que la historia no está terminada, cada espectador debe buscarle un fin, como en el cuadro de Degas al que hacía referencia anteriormente; creo que este es un logro fundamental en los dos pintores. Es precisamente esta característica la que le permite a Besson construir su propio mundo narrativo. Él mismo afirma que no le gustan las pinturas que cuentan una historia terminada, donde la posibilidad de imaginación se reduce a su más mínima expresión. Besson afirma que un cuadro debe dejar una parte para que cada espectador construya o imagine el final que más le guste, y yo diría lo que más se acomode a su propia vida o al menos a lo que cree que es su vida. Los personajes de Degas, de Hopper y de Besson arrastran sombras dolorosas, pasados tormentosos, secretos que pesan en la vida de cada uno de ellos, están habitados por el hastío, carecen de futuro, están condenados al ostracismo dentro de sí mismos. Los personajes de Degas y de Hooper son anónimos, son NN que ha vomitado la ciudad, carecen de identidad, son eternos exiliados, extranjeros perpetuos en sus propios cuerpos, con los cuales están obligados a convivir así no lo deseen. Por lo que Philippe Besson trata de nombrarlos, de construirles un pasado, en el que puedan verse a sí mismos, así vean toda la miseria humana escondida en el fondo de su ser; en otras palabras cada uno de ellos capta, a su manera, la fugacidad del tiempo y hacen visible lo invisible.
Y si en literatura Hopper ha influenciado a Besson, en cine es Wim Wenders quien ha sucumbido a su magia, entre muchos otros directores de cine. Para terminar quisiera hablar de la luz de Hopper y de su cálido colorido. Mientras que el cuadro El Ajenjo de Degas es una atmósfera gris, los cuadros de Hopper son bañados por una luz mágica, como si el sol que los baña fuese permanentemente veraniego.

martes, 9 de octubre de 2012

JEAN-MICHEL BASQUIAT

A finales del 2010 una amiga me invitó a ver un documental sobre un artista cuyo nombre no me decía nada, Jean-Michel Basquiat (dic. 22 de 1960- agosto 12 de 1980), lo mínimo que puedo decir es que al salir de la sala de cine estaba completamente estupefacta; no entendía como era que nunca había oído hablar de un genio como él. El documental fue entonces el abrebocas para esperar con ansías la visita al Museo de Arte Moderno de París (octubre 2010 - enero 2011), que en ese momento presentaba una exposición sobre su obra; a la cual asistí poco antes de su cierre, así que había muy pocos visitantes, por lo que su obra se presentaba ante mis ojos como si no hubiese sido creada para nadie más. Y si el documental me había sumido en una especie de trance hipnótico, sus obras me sacudieron de tal forma que salí del museo con la certeza que mis escasos conocimientos sobre el arte habían sido barridos por un enorme cataclismo que derrumbó los pocos cimientos que había logrado construir a lo largo de mi vida y de mi pasión por las artes plásticas. Lo que quiero decir es que ese día mi supuesto conocimiento de la historia del arte fue sepultado. Entendí que hay una historia del arte antes y después de Basquiat.
Jean-Michel Basquiat, hijo de una puertorriqueña y de un haitiano. Su madre, amante del arte, lo lleva regularmente a visitar museos; Basquiat crece en un ambiente donde se hablan tres idiomas, inglés, español y francés y donde el arte juega un rol muy importante; incluso sus abuelos maternos son músicos e incluyen a Basquiat en ese mundo privilegiado de la interpretación musical. A la edad de 8 años Basquiat sufre un accidente bastante severo, por lo que deberá quedarse por una larga temporada en un hospital. Para hacer más llevadera su “reclusión”, su madre le lleva el manual de anatomía humana, Gray’s Anatomy, y un libro de dibujos de Leonardo Da Vinci. Indudablemente lo que para otra persona habría sido una etapa negra de su vida, para Basquiat fue la posibilidad de entrar de lleno en el mundo de la creación artística, sin profesores, sin academia, sin exámenes, dando rienda suelta a su imaginación, sin barreras de ninguna clase, la libertad creativa, diría yo. En 1977 el periódico escolar le publica sus primeras obras, unas viñetas que él firma con el seudónimo de Samo. Él mismo contaría que dicho nombre nació el día en que fumó por primera vez marihuana en compañía de su amigo Al Díaz. Pronto su rebeldía, autonomía y deseos de hacer su propia vida, lo llevan a tener conflictos muy serios con su progenitor, por lo que decide abandonar la casa paterna e irse a vivir a las calles de Brooklyn. Rápidamente comienza su carrera como grafitero en SoHo y East Village, la meca de las galerías de los 70, y firma sus obras con el seudónimo de Samo ©. L’enfant terrible, como fue llamado en la Documenta de Kässel de 1982, a la temprana edad de 22 años, siendo el primer artista en ser aceptado a tan temprana edad. Para entonces ya tenía detrás de sí una estela de éxitos y su obra era expuesta en las mejores galerías de arte de Estados Unidos. En 1981 había conocido a Bruno Bischofberger, marchante y coleccionador de arte que representaba a Andy Warhol, y que supo “descubrir” a decenas de artistas que se movían en los circuitos de Nueva York, se los llevaba para su galería y desde allí dictaminaba los nuevos postulados de la estética y daba a conocer los nuevos nombres de los artistas que habrían de marcar toda una época y que habrían de cambiar los rumbos de la creación artística. Es Bischofberger quien decide cuanto pagar y cuanto cobrar por una obra de arte; en otras palabras es él quien pone a circular las obras a precios exorbitantes y los antiguos y nuevos ricos se pelean por comprar las obras que él expone en su galería. Es de anotar que al haber vivido por espacio de dos años en la calle y de no tener nada con que comprar materiales, incluso se prostituía ocasionalmente, comenzó a recuperar todo lo que la gente tiraba en las calles, papeles, cartones, puertas, ventanas, y pintaba, pintaba y pintaba. Una forma de dar paso a un inmenso torrente creativo, pero también de buscar y afirmarse en una identidad que para la sociedad de Nueva York no existía. Me refiero a los latinos y negros, que luchaban por ser aceptados en una sociedad racista, xenófoba y excluyente. Basquiat se asume como pintor negro y hace de su condición étnica y social su bandera y su camino en el universo del arte. Incluso en esta búsqueda en 1986 viaja, en compañía de Bischofberger, a Abidjan, y al mismo tiempo la Kestner-Gesellschaft de Hanover, hace una gran exposición de su obra. Ya en 1984 había conocido a la prestigiosa Mary Boone.
Basquiat, a pesar de su genio, no supo controlar el enorme éxito que le llegó a tan temprana edad. Alcohólico y drogadicto, pronto sucumbió a una profunda depresión, que se vio aumentada en grado sumo a la muerte de Warhol (febrero 22 de 1987), con quien había llegado a tener una verdadera amistad, tanto desde el punto de vista humano como artístico. Es más, yo considero que es a partir del momento en que Basquiat acepta trabajar y exponer con él, que su genio decae. Creo que Warhol no le llegaba ni a los tobillos. De todas formas la crítica no fue condescendiente con esta nueva etapa, por lo que la relación entre los dos artistas se vio seriamente alterada, lo que condujo a una ruptura total; pero el afecto por Warhol no desapareció.
En 1988 expone en París en la Galería Yvon Lambert, en Düsseldorf en la Galería Hans Meyer y en Nueva York; esta vez la crítica está nuevamente de su lado. El 18 de agosto, cuando pensaba viajar nuevamente a Costa de Marfil, muere a causa de una sobredosis, tenía apenas 27 años y estaba en la cumbre de su carrera. El doumental al que hago alusión es el siguiente: *Documental: Jean-Michel Basquiat: The radiant child, de Tamra Davis, 1h 28 Recomiendo ver el sitio: http://www.youtube.com/watch?v=5awMyz6buus&feature=related