En este blog podrán leerse artículos, poemas o cuentos sobre mujeres y hombres que han jugado un rol decisivo en la construcción de nuestro imaginario colectivo; bien sea a través de la literatura, del arte y por ende de la cultura.
martes, 8 de noviembre de 2016
PREMIO GONCOURT 2016, LEÏLA SLIMANI
Chanson Douce , de Leïla Slimani,
Premio Goncourt 2016
El pasado jueves 3 de noviembre se dio a conocer la novela ganadora del premio literario más importante de las letras francesas, Chanson douce (Gallimard-2016, 227 páginas), de la autora de origen franco-marroquí Leïla Slimani (Marruecos-1981); y el viernes madrugué a comprar su libro. En el 2014 ya había publicado Dans le jardín de l’ogre (En el jardín del ogro, Gallimard), seleccionado para el Premio de Flore de ese mismo año; obra que no he leído y es más que probable que no lo haga.
Evidentemente Canción dulce no me sedujo, no me atrapó. Es decir, el pathos que toda obra debe tener en los lectores no produjo en mí ningún efecto; más bien me sentí obligada a leerlo para poder explicar las razones por las que no me gustó. Y antes de dar mi punto de vista voy a hablar un poco sobre el argumento de la novela.
Chanson douce, un título bastante prosaico, nos remite a las canciones de cuna que les cantamos a los niños cuando están pequeños. Louise, su protagonista, es una nana que cuida a dos pequeños a los que decide matar. No se trata de una obra negra, ya que el desenlace se conoce desde la primera frase: El bebé está muerto… La pequeña todavía estaba viva cuando la ambulancia llegó. Había luchado como una fiera. (pág. 13-la traducción es mía). Desde este punto de vista el ethos, aparentemente, está muy bien desarrollado; puesto que desde el principio se sabe cual es el asunto principal de la novela que se va a leer; así que no hay suspenso en el sentido clásico del término. Y si digo aparentemente es porque el asesinato de los dos infantes son sólo el resultado trágico de la historia personal de Louise. Se trata más bien de un flaschback que va a ser reiterativo a todo lo largo de la narración. Yo diría que es una obra pensada más bien como un escenario para una película de Hollywood; de esas que hacen llorar a los espectadores al mismo tiempo que les ponen los pelos de punta. Y viéndolo así creo que cuando hagan la película, basada en esta novela, seguramente va a tener mucho éxito; ya que es una obra visual.
Chanson douce es bastante perturbadora (dérangeante es la palabra francesa que mejor describe este escenario); su atmósfera es gris, los rayos del sol no la penetran nunca y los colores son inexistentes. Louise, aparentemente, es una mujer admirable, cuida bien a los niños, es buena cocinera, limpia hasta la obsesión, no cuenta las horas trabajadas, no se queja, no desperdicia el mercado, no hay que darle órdenes puesto que conoce mejor que nadie sus obligaciones, imponiéndose incluso tareas que no le corresponden; en otras palabras ella misma decide que no sólo va a ser la niñera sino que va a ser la gouvernante, o sea, una especie de ama de llaves; no de una familia rica o aristocrática, sino de una familia de la clase media parisiense. Y si utilizo la palabra obsesión es porque define a la perfección la personalidad oscura y atormentada de Louise. Es una narración que me hizo pensar un poco en Casa tomada de Julio Cortázar, si bien en dicho cuento nunca vemos, ni oímos a los supuestos invasores de la vieja mansión, en Chandon douce es Louise quien poco a poco invade y se apodera de la casa y de sus habitantes; hasta el punto que termina creyendo que en verdad le pertenecen y hace todo lo posible por volverse indispensable en sus vidas.
Ahora bien, ya había dicho que la obra no me gustó y que su lectura me aburrió considerablemente. Una de las razones por las que leo ficción es porque espero ser sorprendida, me gusta la originalidad; y Chanson douce si bien lo es si se piensa en el argumento no lo es desde el narrativo. Con ésto no quiero desconocer que es una obra bien escrita, cuya semántica es muy bien lograda y la construcción narrativa también lo es; pero no es suficiente para hacer de ella una obra de arte, menos ganadora de un premio tan importante como el Goncourt.
Otro aspecto que busco en una obra es el lenguaje. Y en el caso que nos ocupa no hay poesía, es un lenguaje plano, bastante coloquial, a veces me daba la impresión de estar leyendo el guión de una telenovela venezolana o mexicana de los años 70 u 80. La poiesis, tan necesaria en la construcción narrativa, es inexistente en Chanson douce.
Para terminar con la novela de Slimani habría que anotar que es una crítica a la sociedad contemporánea; es una muestra de la miseria humana, del racismo, de la diferencia de clases y de los prejuicios sociales. También hurga en esa nueva sociedad que está surgiendo en las grandes urbes francesas, me refiero a los nuevos pobres, ese ejército de parias, que nadie quiere ver y que
se hunden en las deudas, víctimas de la banca y del fisco, organismos que no logran entender. Y en vez de hacerles frente poco a poco se van alejando de las obligaciones inherentes a una sociedad basada en el capitalismo; y al hacerlo se van volviendo un ovillo, se desdibujan, se ponen una mampara con la que creen escapar a sus tentáculos; un biombo que siempre termina por aplastar al ingenuo que ha querido burlarse del sistema económico que gobierna la sociedad contemporánea.
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A lo mejor soy un lectora difícil, lo que si sé es que muy rara vez me deslumbran los premios literarios. Es el caso de la obra Amours, de Léonor de Récondo (Premio de los Libreros 2015 y el Gran Premio RTL-Lire 2015).
http://blogs.elespectador.com/cultura/el-hilo-de-ariadna/cuando-los-galardones-literarios-los-ganan-los-malos-libros
O el de Contigo en la distancia, de Carla Guelfenbein (Premio Alfaguara-2015):
http://blogs.elespectador.com/cultura/el-hilo-de-ariadna/premio-alfaguara-de-novela-2015-contigo-en-la-distancia-de-carla-guelfenbein
En cambio Mersault contre-enquête, del argelino Kamel Daoud, una obra que considero una verdadera joya literaria, quedó de segunda en el Goncourt de 2014. La obra ganadora fue Pas Pleurer (No hay que llorar), de Lydie Salvayre ; una novela muy inferior a la Daoud.
http://blogs.elespectador.com/cultura/el-hilo-de-ariadna/mersault-contra-enquete-de-kamel-daoud-o-la-descontruccion-de-el-extranjero-de-camus
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