En este blog podrán leerse artículos, poemas o cuentos sobre mujeres y hombres que han jugado un rol decisivo en la construcción de nuestro imaginario colectivo; bien sea a través de la literatura, del arte y por ende de la cultura.
martes, 14 de noviembre de 2017
Una aclaración con respecto a una desafortunada columna de Catalina Ruiz Navarro:
No voy a referirme a su “análisis” de la obra de Gabriel García Márquez, ya Juan David Torres Duarte lo hizo en un lúcido artículo
así que voy a tratar de dilucidar un dato que la columnista en cuestión da sobre Pablo Neruda y la violación que él mismo contó en Confieso que he vivido, un libro que recomiendo.
Paso a hablar sobre este aspecto:
Sé que desde hace unos dos años se ha venido contando en FB la historia de la violación de P Neruda; historia que él mismo narró en Confieso que he vivido. No obstante, la gente la repite sin haber leído el libro. Catalina Ruiz Navarro sostiene que la mujer a la que Neruda violó era su mucama, o sea, que arreglaba su cuarto; ese es un dato que no corresponde a la narración de Neruda; ¡cuánta falta nos hace leer antes de repetir datos que hemos leído en las redes!
La historia es esta:
En 1929 Neruda había sido nombrado cónsul en Colombo (Ceylán), vivía solo y se daba cuenta que la letrina amanecía cada día limpia sin que nunca viera a la persona que hacía el aseo; así que un buen día decidió espiar su llegada; al alba vio llegar a una mujer de una inconmensurable belleza, era una “intocable”, al día siguiente la violó. Dos o tres días después, no recuerdo muy bien ese dato, despertó asustado, a su lado estaba la mujer con un cuchillo apuntándole directamente al pecho. Neruda entendió muy bien el mensaje, muchos años después narró esta lamentable historia.
También hay otro dato con respecto a Pablo Neruda; y es la historia de Maya, la hija hidrocefálica a la que abandonó siendo un bebé; un dato que conozco desde los años 70 y ahora la gente ha comenzado a hablar sobre ese turbio asunto porque recientemente una periodista holandesa la sacó nuevamente a la luz.
Y ahora que hablo de hijos abandonados habría que recordar que Rousseau -que daba lecciones de educación- abandonó a sus siete hijos en un hospicio, imagino que para evitar que lo distrajeran de su actividad como escritor; entonces ¿habría que dejar de leer su Emilio o de la educación? ¿Tampoco podríamos leer a François Villon ? Recuerden que era un asaltante de caminos e incluso fue un asesino. ¿Ni a los poetas Simbolistas, más conocidos como Malditos? ¿Habría que prohibir a Philippe Roth? ¿Tampoco podríamos apreciar la obra de Frida Kahlo? Lo digo porque sus costumbres, desde el punto de vista religioso, son bastante ¿disolutas? ¿Y Bajo el Volcán de Malcolm Lowry? ¿Y la literatura negra? Lo digo porque de pronto incita al asesinato; igual habría que proscribir El Sur, ese magnífico cuento de Borges puesto que de pronto la gente sale a buscar peleas en los bares de mala muerte y termina dándole una cuchillada a alguien; y ni qué decir de Crimen y Castigo de Dostoïevsky. Y para los que son muy religiosos habría que decirles que no lean ni a Madame Bovary ni a Ana Karenina; lo digo porque son libros que hablan de mujeres adúlteras.
Con esa perspectiva moralista de Catalina Navarro Ruiz habría que descolgar los cuadros de Vassily Kandisnky, ya que por años vivió gracias al dinero que tenía su compañera, la gran fotógrafa y pintora surrealista Gabrielle Münter, a la que luego abandonó después de años de convivencia. Y podría seguir y este breve artículo daría para una enciclopedia, digamos ¿de la infamia?
Lo que pasa es que se olvida que los escritores son seres humanos, y como todos los seres humanos están llenos de luces y sombras; y con esto no quiero justificar la actuación de Neruda. Por ejemplo, Virginia Woolf era antisemita, y eso que V. Woolf se casó con un judío. Y podría contar muchas otras facetas de escritores o artistas (hombres y mujeres) que han tenido aspectos turbios en sus vidas privadas.
Por último quisiera agregar que el rol de la literatura no es dar lecciones de moral, eso es mejor dejárselo a las Paulinas, lo digo sobre todo por el “análisis” que hizo la columnista Ruiz sobre Cien años de soledad. La gran literatura es la que hurga en el inconsciente humano, es la que muestra esa linea frágil e invisible en la que los seres humanos caminamos cada día como eternos funámbulos, a veces caemos al vacío insondable, o seguimos nuestro rumbo dando golpes a uno y otro lado; a veces perdemos la razón, a veces nos suicidamos, o a veces logramos levantarnos y seguir adelante, esa es la vida, esa es la condición humana, léase miseria humana.
A un autor hay que leerlo por su obra, su vida personal puede criticarse, no digo lo contrario, pero una cosa es la literatura y otra su vida, a veces se encuentran y se hacen imprescindibles la una a la otra, o a veces el creador logra hacer una obra en la que su vida quedé en su ámbito privado.
Para terminar quiero dejar en claro que un escritor o un artista, como todas las personas, si transgrede la ley debe ser condenado si se prueba su culpabilidad. En el caso de Roman Polanski creo que además del crimen que cometió al violar a una adolescente es un verdadero cobarde, se ha pasado la vida huyendo de la justicia, puede ser un genio pero el crimen que cometió no se borra nunca, lo mismo aplicaría para Woody Allen y tantos otros depredadores sexuales que van por ahí destruyendo la vida de las personas sobre las que ejercen poder.
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