La violación de Neruda a una Intocable en Sri Lanka la cuenta él mismo en su libro Confieso que he vivido; si él no lo hubiera hecho, nadie, absolutamente nadie, lo hubiese sabido. Yo leí ese libro en los años 70 del siglo pasado y desde ese entonces conozco esta lamentable historia. Si comenzáramos a rechazar a autores o a artistas por sus vidas y sus crímenes creo que tendríamos que rechazar prácticamente toda la historia de la literatura y del arte. Los seres humanos nos movemos en una frontera gris. Por ejemplo, Virginia Woolf era antisemita, y eso que su marido era judío; sin embargo, nadie dice nada al respecto. Y por supuesto que condeno esa violación como condeno todos los abusos sexuales; por otra parte, sé muy bien de lo que hablo puesto que yo fui violada*.
Una cosa es la obra literaria y/o artística y otra la vida privada de las personas.
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